Para aprender a decorar bien, es preciso realizar estudios al respecto. Sin embargo, es innegable que hay quienes nacen con talento para estos fines y pueden intentar sus propios diseños tan sólo conociendo los principios básicos del diseño interior.
Si usted es de esas personas, sepa que “existe una serie de
factores que determinan el esquema decorativo de cualquier habitación”, dice la
diseñadora de interiores Rocío Lava Oliva, autora del libro “Interiorismo”. Son
esos factores color, forma, líneas, volumen y texturas.
Según la experta, son estos elementos los que deben estudiarse a profundidad antes de embarcarse en un proyecto decorativo.
Según la experta, son estos elementos los que deben estudiarse a profundidad antes de embarcarse en un proyecto decorativo.
“El color es el elemento más destacable por su influencia
emocional”, dice Lava Oliva, por eso es una de las primeras decisiones que se
toman con respecto a la decoración o el remozamiento de un espacio. La línea,
desde el punto de vista del diseño interior, hace referencia a la sucesión de
elementos que la vista recorre. En una composición cualquiera, los puntos son
los elementos de mayor atracción y las líneas los caminos que conducen a ellos.
Las líneas pueden percibirse en puertas, ventanas, columnas,
arcos, azulejos, muebles, empapelado, tejidos… de ellas depende que un ambiente
de note cargado o sobrio.
También pueden transmitir sensaciones. Si la línea es fina,
inseguridad; si es gruesa, aplomo; de ser discontinua genera desasosiego y si
está en zigzag, vivacidad y agitación.
La forma es producida en la decoración por la asociación de las líneas, pero además se refiere a la configuración externa de los objetos y silueta.
“La forma se ve en la propia arquitectura de la vivienda y
en los muebles, y deberían armonizar”, recomienda Lava Oliva. Indica que las
formas también influyen en la percepción que se tiene de determinado espacio.
Por ejemplo el círculo atrae las miradas y evoca unidad y concentración; el
triángulo, efectividad y agresividad y el cuadrado, estabilidad, fuerza e
inmovilidad.
Otro factor clave del diseño interior es el volumen, la
medida del espacio ocupado por un cuerpo, resultado de las tres dimensiones: ancho,
alto y profundidad.
Según la experta: “La suma del volumen de los objetos ha de
ser menor que el volumen disponible, proporcionando un espacio alrededor del
objeto que facilite su visualización y valoración”.
Hacer referencia a la característica física de la estructura
de la materia es hablar de textura. Más simple: es lo que se siente al tocar
una superficie.
No es como el color, que se percibe a simple vista, pero
debe elegirse con el mismo cuidado ya que puede aumentar la animación e interés
de un espacio.
Generalmente se puede crear un rejuego entre color y
texturas, sea priorizando la variedad de estas últimas en la estancia a
decorar, o decantarse por colores muy vivos y variados empleando una única
textura.